El cambio de sistema de evaporación (de forzada a natural) en el Valle Salado se produjo en torno al siglo I a.C. (hace unos dos mil años), cuando esta zona del norte peninsular se integró en el Imperio Romano.
La necesidad creciente de sal que se produjo en una sociedad que estaba muy avanzada respecto a las tribus locales, supuso no sólo modificaciones importantes en el hábitat, sino en los sistemas de producción y distribución del producto. De este modo, se adoptó en el Valle Salado un sistema de evaporación natural que, si bien tenía unos costes de construcción más elevados, implicaba multiplicar de manera exponencial la producción de sal.
Las investigaciones arqueológicas que se están efectuando en el interior del Valle Salado están certificando el cambio de sistema de evaporación. En concreto, sobre los restos de la antigua factoría de sal de fuego han aparecido las primeras eras. Éstas están construidas con arcilla apisonada y con los bordes elevados para lograr la impermeabilización de su superficie.
Pero los cambios, no sólo supusieron un cambio radical en el sistema productivo, sino que también se transformó completamente el poblamiento. Los habitantes del Valle Salado y del entorno se trasladaron de forma progresiva a un gran yacimiento romano conocido como “Las Ermitas” (localizado a seis kilómetros de Añana) que se identifica con la ciudad de Salionca citada durante el siglo II por el célebre geógrafo romano Ptolomeo en el territorio de la tribu de los Autrigones.
La importancia de esta civitas no sólo residía en controlar la producción de sal, sino en las facilidades que su emplazamiento proporcionaba a su distribución. No hay que olvidar que estaba situada sobre un ramal de la ruta XXXIV, que unía Astorga (León) con Burdeos (Francia) y que servía para enlazar Deobriga (Miranda de Ebro) con Flaviobriga (Castrourdiales), por lo que era una de las principales vías de comunicación entre el centro de Hispania y la costa cantábrica.
En cuanto a la organización socio-espacial de la Salionca romana, el lugar de hábitat y el de trabajo estuvieron físicamente separados. Los individuos que ejercían las labores de control sobre la producción, almacenaje y comercialización de la sal residían en la ciudad, así como también los salineros que trabajaban en la explotación. Hay que tener presente que la sal por evaporación únicamente se obtiene durante los meses de verano, por lo que es razonable pensar que sólo se desplazaran al Valle Salado durante el periodo en el que las salinas estaban en funcionamiento.